Para las Elecciones Municipales del próximo 24 de Mayo Izquierda Unida de Malpartida de Plasencia presenta una lista encabezada por Jacinto Rodríguez Almendral, paisano y miembro de la organización, licenciado en Económicas (UAM) y con dilatada experiencia en la gestión pública local, la cual viene desempeñando, desde hace más de veinte años, en su condición de miembro del equipo directivo por oposición, del Ayuntamiento de Alcobendas.
También es de destacar que entre los siguientes diez nombres de la lista, que respeta fielmente la paridad de género en todos sus tramos, figuran cinco candidatos ya con experiencia como concejales en anteriores legislaturas en nuestro municipio.
Para esta próxima legislatura I.U. de Malpartida presentar un Programa Electoral elaborado con el objetivo de dar respuesta a las necesidades ciudadanas de los chinatos, fomentando el desarrollo sostenible desde el punto de vista social y medioambiental como motor de lucha contra el desempleo; que defenderá el mantenimiento y mejora de los servicios públicos básicos, la educación, la sanidad, los servicios sociales, la ayuda a la dependencia, etc . En él se recogen diez mediadas de choque para atajar los problemas más acuciantes relativos a la exclusión y emergencia social, empleo y convivencia ciudadana. Así como medidas orientadas a la restauración y normalización de las relaciones institucionales del Ayuntamiento con sus ciudadanos, que devuelva la normalidad democrática, institucional y social a la localidad y al Ayuntamiento, y que ejerzan políticas más respetuosas con las singularidades de sus vecinos, que estimule la convivencia y el consenso y de cuya gestión y eficacia, transparente y limpia, puedan estar orgullosos todos los chinatos.
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DE DONDE VENIMOS. Hace 4 años puede parecer ayer o puede parecer un siglo. De hecho el Tiempo es de una naturaleza tan relativa como todo lo que existe. La relatividad depende del lugar desde el que se mira. Las cosas que suceden en un suspiro, debido a su velocidad, ya no hay forma de volverlas a ver si no es con artefactos sofisticados. La memoria es un artefacto sofisticado. Y como tal, frágil. Pocos recordarán los programas electorales con los que los partidos políticos nos ofrecieron a los ciudadanos su contrato, con el que nos pidieron nuestro voto. Son 15 días de desenfreno electoral en los que el ciudadano se ve inducido, en ocasiones abducido, por una torrentera de promesas de “quien da más”. ¿Pero quién conserva los programas electorales?. Al final de las legislaturas los partidos deberían pasar por caja y rendir cuentas sobre sus promesas. Si se pusieran las urnas delante de los candidatos y se diera la oportunidad de devolver el voto a los ciudadanos que así lo reclamaran, habría largas colas ante algunas de ellas. A la altura de las circunstancias en las que nos encontramos bien se puede decir que hay programas electorales que venían a ser lo que las estafas de las preferentes a los ahorradores, en su versión política. Y decir esto no es tan descabellado a la vista de la connivencia entre el bipartidismo y las autoridades financieras (Bancos Centrales y FMI) a la hora de sostener una atmósfera de enriquecimiento generalizado y que resultó ficticia, y que con el actual gobierno neoliberal se reafirmó blindando la deuda de bancos y estafadores con las costillas de los ciudadanos (más doloroso para los más desfavorecidos). Estafa piramidal.
Con una crisis declarada, desempleo rampante y recortes generalizados, no se entiende que el énfasis electoral en sobredimensionadas promesas que suponen inversiones que no se sostenían, cautivara a tantas mayorías absolutas y vuelcos electorales en las elecciones de 2011.
VUELCO ELECTORAL. Pero había otra razón que explica el péndulo bipartidista. En Extremadura, también aquí, el proyecto socialista se había agotado. Treinta años de gobierno continuado crea vicios, y lo socialista, desvirtuado en sí mismo, y tan excluyente como cualquier otra mayoría cuando de ella gozó, pasó por todas las fases del fenómeno absolutista. Desde el autoritarismo ejercido en las cúpulas hasta el enchufismo en la empleabilidad, pasando por las adaptaciones interesadas en los procedimientos para la contratación, gasto o resoluciones (las cuales no se han dejado de practicar). Todo lo anterior explica, en gran medida, la controvertida abstención de Izquierda Unida en la Asamblea de Extremadura que permitió gobernar al PP en la Comunidad. Si a estas y otras singularidades locales de descontento se añade la atmósfera de pánico que se percibía por una crisis que el gobierno de Zapatero negaba y de la que el candidato Rajoy prometía salvarnos en un santiamén, pues listo y servido el vuelco electoral, nacional y municipal. Los ciudadanos españoles no son masoquistas, es que les tendieron la trampa de la mentira. Ahora, el clavo ardiendo al que se aferraron no deja de quemar.
Izquierda Unida no se quiso sumar al despiporre de promesas electorales sin medida. Entre otras propuestas que hicimos a los ciudadanos en 2011, las prioridades fueron: Paro. Contratación. Servicios Públicos. Promoción a la Actividad. Participación ciudadana, Transparencia y Acuerdos. Políticas de estímulo a las actividades culturales, deportivas, sociales. Inversiones con el denominador común de la empleabilidad…
Animamos a los ciudadanos a que echen un vistazo a las propuestas que sedujeron a la mayoría de votantes, y qué es lo que queda de ellas. El cuartel que se prometía “nuevo Ambulatorio médico…”; o la promesa de “el médico de guardia durante 24 horas…”, y otras, que finalmente se han resuelto en la dirección contraria. Los recortes aquí fueron asumidos sin chistar. También nuestro pueblo, como muchos otros, paga con creces los recortes públicos y los agujeros que tantas administraciones indecentes, aprovechando sus mayorías absolutas, sumaron a la deuda de bancos y especuladores, socavando los bolsillos y la confianza de los ciudadanos.
EL RUIDO Y LAS NUECES. La valoración que se haga de la legislatura que acaba, la cual será definida en las próximas elecciones, la harán los ciudadanos. El gobierno o gestor que la llevó a cabo, valorará, por lo general al alza sus logros como, por otra parte, lo hace cualquier gobierno que se somete a juicio electoral.
Además del grado de cumplimiento de las promesas electorales, los ciudadanos también deberíamos poder enjuiciar cumplimientos que no sólo se circunscriben a la lista de promesas. Las nuevas iniciativas políticas que sobre la marcha se incorporan, deberían articularse de manera que fuera necesaria una mayoría absoluta plenaria, o que se facilite el concierto y la participación más amplia de los ciudadanos. Sólo así se logra un gobierno fundamentado en el interés general de la comunidad. Y además, dichos procedimientos son parte esencial del desarrollo constante y permanente de los fundamentos del sistema democrático.
El embellecimiento y floreado de los rincones pintorescos o singulares de la localidad no oculta el bosque de las necesidades más inmediatas y acuciantes de ésta y de sus ciudadanos. Tampoco debe impedirnos desentrañar la enmarañada urdimbre que impide al ciudadano participar en los asuntos cruciales de la comunidad. La democracia no se acaba en las urnas.
La mayor parte de las acciones de acondicionamiento y lucido de áreas de uso colectivo, que ya fueron propuestas en anteriores legislaturas, venían siendo reclamadas por la oposición y resultan ser una continuidad a la que también se seguirán sumando ayuntamientos futuros. Pero sin minusvalorar el acierto de alguna de estas intervenciones, que con un esfuerzo y acierto notable por parte del responsable de la concejalía competente, como lo es la puesta en valor o mantenimiento del Robledo, aunque finalmente también quebrado dramáticamente por el perjuicio y la contradicción que supone la presencia, tolerada, de una línea de alta tensión, también conviene detenerse en cruciales asuntos de interés general que lucieron menos pero que impactaron, o aún lo pueden hacer, más.
INVERSIÓN Y GESTIÓN. Bien se puede afirmar ya que esta ha sido una de las legislaturas con la menor inversión realizada en el municipio, solo acelerada en su último tramo por inversiones millonarias y de origen propio; y todo ello con la disposición clásica de nuestros recursos consistente en acumular el gasto en el principio y final de legislatura.
Si la prioridad y esfuerzo de cualquier gobierno en la actualidad debería dirigirse a paliar las situaciones de precariedad socio-laboral que sufre un importante número de vecinos, se constata que el esfuerzo hecho para paliar desde nuestros propios recursos la situación excepcional de paro, emergencia económica o pobreza energética que viven un buen número de nuestros ciudadanos, no ha sido ni suficiente ni proporcional a la disposición y capacidades con la que contaba nuestra hacienda local, limitándose a las subvenciones que otras administraciones trajeron a la localidad. La situación de nuestra hacienda permite ser más justos, y articular medidas que alivien a los vecinos más desfavorecidos. Tampoco los ingresos previstos a favor de nuestra hacienda, y generados por el ahorro en inversiones de eficiencia, se trasladaron a los gastos que supusieran una compensación social dirigida a aliviar la fractura de desigualdades. Una comunidad será proporcionalmente más próspera si es socialmente más justa.
LO QUE NOS MANDEN… L.A.T.
Fue comenzar y confirmarse otra “clavada” a un municipio por parte de intereses industriales ajenos a la localidad. La instalación de una Línea de Alta Tensión por el Robledo y aledaños, la cual en los informes se demostraba improcedente y desautorizada en aspectos no sólo medioambientales, ha sido propiciada por la incompetencia de la legislatura anterior y sentenciada por la inhibición de la actual.
Ahora que se ha conocido por fuentes de la dirección general de medio ambiente que de haber sido la oposición a este proyecto industrial más contundentemente defendido desde la localidad, no se habría llevado a cabo, se confirman todas las certidumbres de quienes ya lo pusimos sobre la mesa del Ayuntamiento para que se tomaran medidas drásticas; también las de todos aquellos ciudadanos y agentes sociales afectados o no, que trataron de recabar el apoyo de los vecinos de la localidad. Además de los perjuicios a particulares, la devaluación patrimonial de un bien colectivo, material e intangible como es dicho espacio natural, supone una sustracción a cada uno de los bolsillos de los chinatos, y una destrucción irreversible de la integralidad que conservaba hasta ese momento.
Cuando los intereses patrimoniales de la localidad se ven amenazados por entes públicos o privados ajenos a la comunidad, la autoridad local debe adoptar toda la contundencia que el cargo otorga. Y de las autoridades locales también se espera que se apoyen en sus vecinos para la consecución de logros colectivos y que por unas u otras circunstancias, superen sus capacidades. Aquí no hubo ni una cosa ni la otra. La deriva de este episodio ha terminado dejando el sillón vacío del auténtico alcalde que hubiera manejado ambas herramientas para concitar todo el apoyo la fuerza de la comunidad y por ende la soberanía de ésta frente agresiones externas.
El ciudadano elegido para representar a un pueblo no lo es sólo para encabezar procesiones y romerías, también y sobre todo para liderar y auxiliarse de los ciudadanos cuando los intereses de la localidad se ven amenazados. Probablemente no haya mayor distinción para cualquier representante sino cuando se concitan las circunstancias que obligan a ello.
Prejuicios, inexperiencia, desconocimiento, miedo, sometimiento, desconfianza. El gobierno municipal pasó de largo. Un fracaso colectivo.
EL AGUA. La situación de este servicio público trasciende más allá del incidente finalmente accidental, aunque pesimamente gestionado por el gobierno municipal ante los ciudadanos, los cuales manifestaron una realidad que se negaba con las evidencias delante. En lugar de reconocer las incidencias y adoptar las recomendaciones más adecuadas, se llegó hasta la incongruencia de recomendar a los vecinos que el barro que salía por sus grifos era plenamente potable, y hasta saludable…
Pero este fue un incidente menor comparado con el que arrastra este servicio y que afecta directamente a su potabilidad. Desde la anterior legislatura ya se habían puesto en evidencia anomalías desconocidas que incidían en su calidad, las cuales se mantenían en el tiempo. El desinterés del anterior gobierno por tratar de diagnosticar su origen, deja paso a un nuevo consistorio que ni quiso ni supo intervenir, ni en el momento ni en la forma adecuada. Por parte del gobierno municipal del PP se ha venido negando sistemáticamente problemática alguna con la potabilidad del agua, cuando ya desde el 2011 se mostraban indicios que recomendaban una atención y control más exhaustivos que los practicados hasta entonces. Lo más grave es que desde el 2013, y una vez Izquierda Unida puso sobre la mesa del pleno municipal las pruebas irrefutables sobre el origen de tales anomalías, no sólo fueron desautorizadas frívolamente, sino que además fueron sistemáticamente manipuladas para atacar al mensajero, en un absoluto ejercicio de falta de madurez y responsabilidad. De muy grave se puede considerar, entre otros, la ocultación que se ha hecho a la oposición de datos intolerables confirmando la crítica potabilidad del agua. De grave también se puede considerar la instrumentalización que la propia alcaldía ejerció de los medios de comunicación y resolución municipal para desautorizar a quienes, con todas las pruebas irrefutables a su favor, demandaban las compensaciones por daños derivados del anómalo funcionamiento de dicho servicio público. Una treintena de vecinos recibieron del alcalde un portazo en las narices.
Si antes fue la desidia, ahora ha sido la incompetencia la que ha condenado a los vecinos a tener que esperar por una reforma de la estación depuradora que viene siendo urgente desde ya hace años.
RESÍDUOS MUY CONTAMINANTES. Todos los datos acumulados sobre los pormenores de esta iniciativa municipal nos remiten al ámbito de lo más improcedente y arbitrario. El intento de instrumentalización de la mayoría, sólo electoral, con la que contó el gobierno municipal en esta legislatura para modificar el marco legal establecido en esta materia, y su posterior reacción desmedida, beligerante e insultante hacia quienes de manera formal y adecuada ponían en duda su oportunidad y ejercieron sus derechos, terminó de desvelar la naturaleza oportunista y el talante antidemocrático e irrespetuoso sostenido contra el criterio mayoritario de los vecinos por parte de la actual alcaldía.
Los argumentos en contra son numerosos, y casi mil los ciudadanos que los sostienen:
Nuestra normativa industrial, de una manera sensata, prohíbe expresamente las actividades industriales de gestión de residuos muy peligros y contaminantes; dicha norma fue aprobada, en su momento, con el consenso de todos los partidos políticos y con la unanimidad de los 11 concejales; el actual gobierno local quiere aprovecharse de una mayoría simple para modificarla; la actividad, además, es contraproducente con la realidad socioeconómica y medioambiental de la localidad y de la comarca; se situaría a 1000 metros de zona urbana; se situaría sobre cuenca de cauce que es L.I.C. y Reserva de la Biosfera; se instalaría en un polígono que carece de las instalaciones adecuadas para encauzar los residuos que se producen en él (como ya está sucediendo ahora mismo!); no hay ninguna propuesta firme de creación de empleo.
Por contra, aún no se ha visto ninguna proposición convincente a su favor.
El ciudadano debe de comprender, y hacérselo comprender a quien gobierne, que hay asuntos de tal envergadura o competencia que requieren de su parecer, y que sólo pueden ser adoptados por una unanimidad absoluta, no por la mitad más uno. Y todavía más. Cuando se trata de asuntos de tal impacto, las autoridades que de verdad quieren “gobernar con su pueblo” deben articular mecanismos de información y consulta ciudadana. Más cuando en casos como este, no figuraron en ningún programa electoral. Y también facilitar y estimular a los ciudadanos para obtener su participación en los procedimientos administrativos que a tal efecto los mecanismos democráticos ponen a su disposición. Lo contrario de lo practicado en la localidad.
La falta de transparencia que en este particular se ha ejercido desde el gobierno municipal rema en dirección contraria y abona la percepción de algo que no cuadra. Estas son algunas de ellas: Publicidad nula sobre la apertura del procedimiento de cambio de normativa; violación de la intimidad de las personas que suscribieron sus alegaciones en contra de la propuesta; presiones intolerables a ciudadanos por haber ejercido el derecho reconocido a alegar en su contra; presiones intolerables y amparadas, contra nuestro municipio, por personas ajenas a la localidad con el objeto de amedrentar, coaccionar y obtener sus réditos, de índole desconocido; incumplimiento de las obligaciones y normas plenarias, las cuales conminan al alcalde a responder a las preguntas que los representantes de los ciudadanos cursaron a lo largo de este penoso proceso…
Confiamos en que el próximo gobierno municipal sí sabrá estar a la altura de las circunstancias y despeje esta amenaza innecesaria, y de significado crucial para definir el concepto de pueblo que queremos dejar a nuestros hijos.
Y también de incoherente se puede calificar, en general, la política medioambiental llevada a cabo. Resulta inconcebible que se inauguren millonarias inversiones públicas como el Punto Limpio o Punto de Acopio, tanto para que los residuos domiciliarios como los procedentes de la construcción sean controlados y reciclados, y ahora mismo el ayuntamiento, con el argumento de la “mejora” de callejas, esté desparramando por los caminos vecinales residuos de la construcción acompañados de residuos intolerables. Auténtica basura degradante, y contra toda la normativa en vigor.
BALANCE DEMOCRÁTICO. Las verdaderas e inmediatas necesidades de los ciudadanos se aprecian cuando el que quiere “gobernar para todos”, como repiten los candidatos, reconoce su pluralidad y singularidad y se sitúa entre ellos. Para ello conviene practicar lo que se entiende por buena política, es decir, reconocimiento de la realidad, capacidad de iniciativa y autoridad (que no autoritarismo). La democracia es reconocimiento del otro. No hay peor político que el que carece de autoridad, porque para demostrar que manda puede hacer cualquier disparate. La experiencia democrática y su íntima asimilación son fundamentales. Y treinta y cinco años parece que no han sido aún suficientes.
Despedimos una legislatura con un carácter que lejos de concitar el consenso obtenido en las urnas para dar solución tanto a los asuntos cruciales como a otros más banales, cargó con una arbitrariedad desigual y un uso coercitivo de las competencias contra no pocos ciudadanos, resultando de ello un malestar y perjuicios incluso económicos, y con una proliferación de amonestaciones, sanciones y querellas inútiles que no ayudan al fortalecimiento de nuestra institución democrática. Han menudeado las disposiciones tomadas en caliente en contra de estrategias que aconsejan el ejercicio de la democracia: diálogo, entendimiento o prácticas positivas y ejemplares, creadoras de buenos hábitos civiles y sociales.
También, como queda dicho, en el ámbito institucional la interpretación y disposición de los instrumentos de gobierno lo han sido de forma discrecional e interesada, faltándose a la obligación de ser referente ejemplar en el ejercicio y protección de los derechos, y sumándose a la ya referida falta de las obligaciones plenarias, la prohibición de los ruegos y preguntas en los plenos, y otras disposiciones interesadas.
Volvieron las mayorías absolutas, en general, a incurrir nuevamente en prácticas de deterioro en las relaciones democráticas, en las instituciones y con los ciudadanos, y retraernos a modelos con aires de rancio. Y todo ello sostenido por leyes mordaza y el tropel de legislaciones restrictivas con las que también la mayoría religiosamente liberal del Congreso remacha una legislatura hecha para socializar la deuda y la pobreza, precarizar el empleo y degradar los servicios públicos. ¿Recuperación?. Sí, la del capital de las grandes cifras y el blanqueo del fraude.
El elector debe ser muy cauto ante tantos procesos electorales que se avecinan, huir de los vuelcos mayoritarios, y no dejarse arrastrar por el pánico que estimulan quienes están dispuestos a desgañitarse por seguir aferrados al sillón.
Los datos son concluyentes: El 74% de los ciudadanos quiere que el partido más votado no lo sea por mayoría absoluta, sino que gobierne con apoyos puntuales que garantice que las cuestiones fundamentales se acuerden con una mayoría, al mismo tiempo más amplia que una absoluta, y por su naturaleza diversa, más satisfactoria para más ciudadanos. El compartir poder lleva a una mayor fiscalización y una menor arbitrariedad en la gestión de la cosa pública.
Y resulta paradójico que los estudios demuestren que ha sido con las mayorías absolutas donde se han producido durante las últimas décadas la degradación corrupta del bipartidismo.
